En los más peques de la casa la forma más precisa de tomar la temperatura es la forma rectal con un termómetro digital ya que son rápidos y de fácil lectura.
El termómetro de oído es también uno de los mas rápido y es muy útil con niños inquietos pero su lectura es poco precisa si se coloca mal y no se recomienda hasta los tres meses y actualmente los termómetros de mercurio están desapareciendo del mercado ya que su rotura es bastante fácil y ese metal es bastante tóxico.
Para tomar la temperatura de forma rectal siempre nos ha dado un poco de respeto por si el niño hiciera algun movimiento brusco y pudiera hacerse daño pero es muy sencillo llevando a cabo unos pequeños pasos... por ejemplo lo primero que hay que hacer es limpiar el termómetro con alcohol o con agua y jabón y luego aclararlo.
Colocar al bebé boca abajo sobre tu regazo o sobre el vestidor y sujetar con la otra mano la parte baja de la espalda; justo por encima de las nalgas. Con la otra mano se inserta el termómetro 1 ó 2 cm (puedes lubricarlo con algo de vaselina o glicerina).
Aguanta el termómetro entre el segundo y el tercer dedo mientras el resto de la mano sujeta las nalgas del niño y a los pocos segundos el termómetro habrá tomado la temperatura.
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