La anemia es un trastorno frecuente de la sangre que ocurre cuando la cantidad de glóbulos rojos es menor que lo normal o cuando la concentración de hemoglobina (elemento de la sangre cuya función es distribuir el oxigeno por todo el cuerpo) en sangre es baja.
La anemia puede instaurarse de forma aguda o de forma crónica, y los síntomas varían en función de la rapidez con que aparezca. La anemia ligera comienza a manifestarse con una disminución de la resistencia al ejercicio físico acompañada de taquicardias. Si la anemia se hace más intensa estos síntomas aumentan hasta el punto de un cansancio extremo llegando a producir fuertes dolores de cabeza y acabar provocando en algunos casos una angina de pecho.
Si la anemia se desarrolla lentamente el organismo adapta su sistema y el enfermo puede tener pocos síntomas y llegar a pensar que son producidos por el trabajo por ejemplo especialmente si no practica ninguna clase de ejercicio físico.
El diagnóstico es aparentemente sencillo ya que un simple análisis rutinario lo detecta, y una vez detectado su tratamiento dependerá de la causa que la produzca por ello es imprescindible hacer un diagnostico antes de tratarla, exceptuando aquellas anemias bruscas que si que deben irse tratando para paliar un poco los síntomas.
Una manera de prevenir la anemia, o incluso una vez se tenga es tomar algún producto vitamínico natural (hierro en el herbolario) cada mes alternativo si es para prevenir y si es como acompañante de algún tratamiento médico cada mes.
Las personas con menstruaciones abundantes o con una actividad física alta diaria también es recomendable tomar un producto vitamínico ya que estas personas tienden a padecer anamia ligera.
Para los niños mi consejo es que tengan una nutrición adecuada, incluyendo una dieta rica en hierro,. Cuando se establecen buenos hábitos alimenticios desde muy temprano se ayuda a evitar la deficiencia de hierro y por lo tanto la consecuente anemia.
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