miércoles, 1 de abril de 2009

Los hipocondriacos


¿Quién no tiene un familiar, un amigo o un conocido que continuamente se lamenta de las enfermedades que cree sufrir? A menudo se apoda a estas personas de quejicas y su entorno más cercano, como familiares y amigos, considera que la única razón de los habituales lamentos es conseguir ser el centro de atención. Sin embargo, en muchas ocasiones, se enfrentan sin saberlo y sin hallar la comprensión de quienes les rodean a una enfermedad crónica y de difícil solución: la hipocondría.

Los especialistas explican que la hipocondria es la preocupación desmesurada que una persona siente por su propia salud, una inquietud por padecer enfermedades que no se tienen. Amaia Bakaikoa, psicóloga clínica y sexóloga, estima que alrededor del 1% de la población mundial padece esta enfermedad.

Algunas de las causas que pueden producir el desarrollo de la hipocondría son los siguientes:

* Educación basada en el miedo o la protección excesiva.

* Experiencias traumáticas relacionadas con la enfermedad o la muerte.

* Interpretación incorrecta de síntomas.

* Haber padecido enfermedades durante la infancia.

* Recibir información alarmante sobre enfermedades.

Las enfermedades graves, particularmente en la infancia, y los antecedentes de alguna enfermedad en miembros de la familia se asocian a la aparición de la hipocondría. Se cree que las situaciones de estrés psico-social, sobre todo la muerte de alguna persona cercana, pueden precipitar la aparición de este trastorno.

El tratamiento es sencillo, inicialmente usamos psicofármacos para controlar los síntomas ansiosos tan importantes que padecen estos pacientes.

En un principio se le pide que no acuda a más la consulta del médico ni a las urgencias hospitalarias y que no hable de salud ni de enfermedad. Para esto es muy conveniente la colaboración de la familia del paciente, ya que han de entender que tiene un problema real, aunque no el que el paciente refiere, sino otro igualmente preocupante. Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta, comienza el tratamiento psicológico propiamente dicho.
Como ya hemos dicho, el tratamiento básico consiste en perder el miedo a la enfermedad y a la muerte. Muchas veces la propia angustia producida por el pensamiento de estar enfermo, como sensación desagradable e incontrolable, se convierte en el desencadenante dicho miedo. Para conseguir la desaparición de estos temores, se emplea la desensibilización en la imaginación a situaciones temidas y evitadas, para que finalmente el paciente pueda acercarse a ellas sin angustia y sin miedo.
El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor para convertirse en un generador de placer. Finalmente, se trabaja para que el paciente pueda enfrentar con éxito otros problemas que aparecen en su vida cotidiana: toma de decisiones difíciles, cambio de trabajo, separaciones, etc. Se intenta evitar de forma que en el futuro se desencadenen situaciones de depresión o angustia continuada que le pueden hacer recaer en sus problemas hipocondríacos.

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